En 1597 Andrés Chi, ah kin 1 de la ciudad de Sotuta, impulsó un movimiento de resistencia a la imposición del catolicismo. Andrés Chi convocaba a las personas a reunirse en el bosque para volver a las antiguas prácticas religiosas. Fue acusado de incitar idolatría, adorar ídolos de barro, realizar ceremonias y sacrificios y consumir balché, una bebida prohibida. Reunía a las personas en los montes para rendir culto a los “ídolos”, “fingiéndose otro Moisés, y que le había sido revelado por el Espíritu Santo Paráclito; con gran astucia (con embustes) engañaba a sus conciudadanos, suponiendo que cierto niño le hablaba por la noche entre los techos de su casa, y esto lo oía otros que ignoraban (el embuste)”, según el informe de Sánchez de Aguilar de 1613. Fue acusado de incitar a los indios a abandonar los pueblos y rebelarse contra los españoles. Este caso fue castigado de forma más severa que otros. Andrés Chi fue ejecutado y su cabeza expuesta en la plaza de Sotuta para servir de ejemplo. Si bien este caso no fue un verdadero movimiento de resistencia activa y violenta, forma parte de un conjunto de eventos de resistencia religiosa que marcaron la conquista española de las tierras bajas de la Península de Yucatán durante un largo período.