Andrés Novales, criollo natural de Manila, hijo de un militar español y de madre filipina, entró muy joven en el ejército donde alcanzó el grado de capitán. Sin embargo, a pesar de su celo en el servicio, fue postergado en la promoción a un rango superior, al igual que otros militares naturales de las islas y criollos procedentes de los territorios americanos, ahora independientes, en beneficio de los oficiales llegados de la Península con el nuevo gobernador, D. Juan Antonio Martínez. Sus protestas le valieron ser destinado a Mindanao. Disgustado ante esta injusta discriminación, organizó junto con el subteniente Ruiz y otros oficiales y sargentos, molestos por la discriminación y el maltrato a que eran sometidos por su origen, una rebelión con 800 soldados indígenas la noche del 1 de junio de 1823. Se apoderaron del palacio del gobernador, quien se encontraba ausente, y dieron muerte a su teniente, D. Mariano Folgueras, tomando luego otros edificios gubernamentales, siendo aclamado por sus seguidores como Emperador de Filipinas. Sin embargo no consiguió tomar el Fuerte de Santiago, a cuyo mando estaba su hermano, quien no se sumó a la rebelión. El gobernador reaccionó con rapidez y le hizo frente con tropas españolas e indígenas, con las que rápidamente sofocó el motín, apresando a Novales, que fue juzgado sumariamente y fusilado en la madrugada del día 2 con el subteniente Ruiz y veintiún sargentos que habían colaborado con él reclutando soldados para apoyar la revuelta.