Juan de Ager insurrection 1578

Esta insurrección se enmarca en el contexto de la larga Guerra del condado de Ribagorza (1554-1591), en el cual se dirimía la legítima posesión del condado por parte de Martín de Gurrea y Aragón, a la postre penúltimo conde de Ribagorza. A la altura de 1565 renunció al título y lo legó a su primogénito, y en 1567 el Tribunal de Justicia de Aragón sentenció definitivamente a favor de los condes y en contra de su conversión a la jurisdicción realenga, pero eso no sofocó la ira de sus vasallos. En 1578 Juan de Ager, vecino de Calasanz, protegido por el conde de Chinchón, asumió el título de procurador, desplazando el poder del conde, a quien se sumó Juan Gil Macián como justicia general. Ejercieron el poder con violencia y de manera despótica, lo cual se resolvió devolviendo el condado a sus antiguos poseedores tras las Cortes de Monzón de 1585. En 1587, si bien el traspaso de poderes fue pacífico, los últimos acólitos de Juan de Ager se atrincheraron con él hasta que fueron vencidos. Los soldados del conde lo acuchillaron, arrastraron su cuerpo por las calles, le cortaron la cabeza, jugaron con ella y finalmente la colgaron en un portal con un gorro colorado, como de público bandolero.